martes, 5 de febrero de 2013

De engaños visuales y otras historias


Como bien sabéis, muchos lepidópteros son verdaderos especialistas en las artes del camuflaje. Tal y como apuntábamos días atrás cuando hablábamos de la Inachis io (ver en este mismo blog: Una mariposa con cuatro mecanismos de defensa), la finalidad de esta capacidad es eminentemente defensiva. Ocultarse ante el enemigo, pasar inadvertida. Profundicemos un poco más en el tema.

El gran filósofo español José Ortega y Gasset define muy acertadamente el camuflaje de la siguiente manera:

“El camuflaje es, por esencia, una realidad que no es la que parece. Su aspecto oculta, en vez de declarar su sustancia (…)”

Mariposa Gonepteryx rhamni
Gonepteryx rhamni (Linnaeus, 1758), una maestra del engaño.


La Cripsis o El arte de pasar desapercibido…

Cripsis es el término científico que se emplea para hablar en este sentido, entendiendo como tal el conjunto de adaptaciones que hacen que un ser vivo pase desapercibido ante el resto en un entorno determinado. Es la antítesis del aposemantismo, cuya finalidad es exactamente la contraria: llamar la atención haciéndose bien visible, vistiéndose con vivos colores indicadores de la (potencial) peligrosidad del individuo. En ambos casos, el objetivo es asegurarse la supervivencia, “si no existo no me comerán” en el primer caso y “¡cuidado conmigo, soy venenoso (o indigesto)!” en el segundo.

Oruga de mariposa Papilio Machaon
 Oruga de Papilio Machaon (Linnaeus, 1758) con puntos aposemanticos.

Aunque son términos estrechamente relacionados, no conviene confundir tampoco la cripsis con el mimetismo, ya que si bien en la primera el objetivo es pasar desapercibido en un determinado lugar imitando uno o varios objetos existentes en el mismo, en el segundo caso el imitado no es un objeto, sino otro ser vivo.

A las mariposas del género Hipparchia por ejemplo, les gusta acercarse a los caminos o zonas pedregosas, donde gracias a fenómenos de tipo críptico en ocasiones pasan realmente inadvertidas.

mariposa Hipparchia alcyone
 Hipparchia hermione (Denis y Schiffermüller, 1775)

Mariposa Hipparchia semele
Hipparchia semele (Linnaeus, 1758)

Los mecanismos de defensa crípticos se dan en muchos casos durante cualquiera de las cuatro fases por las que pasan los lepidópteros a lo largo de su metamorfosis. Así:
  • Cuando son huevos, muchos permanecen ocultos a los depredadores en los enveses de las hojas de sus plantas nutricias, imitando en muchas ocasiones el color de las mismas o consiguiendo este efecto por medio de su consistencia traslúcida.
  • Cuando ya presentan forma de oruga, son muchas también las mariposas que se confunden entre la hojarasca o entre las ramas de las plantas nutricias, llegando a permanecer inmóviles durante varias horas si es necesario para pasar inadvertidas.
  • Quizás sea durante la fase de crisálida cuando este mecanismo defensivo adquiera su mayor importancia, ya que al permanecer inmóviles durante largos períodos de tiempo y sin posibilidad alguna de escape, el pasar inadvertidos se convierte en algo esencial para evitar ser devorados por los depredadores que conviven día a día dentro de un mismo y en ocasiones reducido entorno.
  • En los imagos es donde se dan los ejemplos mas vistosos y espectaculares. El grado de perfección de estos mecanismos varía evidentemente según las distintas especies. Así, mientras algunas, como nuestra Callophrys rubi (Linnaeus, 1758), simplemente imitan los colores del entorno que las rodea o por el que suelen moverse, otras llegan a imitar objetos existentes en los lugares en los que habitan, en ocasiones con un realismo francamente extraordinario, como muchas de las especies del género Kalima que se pueden observar en Tailandia por ejemplo, que imitan con tal perfección las hojas de las plantas de su entorno que cuando están en reposo sobre ramas secas llega a hacerse realmente complicada la localización de las mismas (http://www.flickr.com/photos/toddalperovitz/2092798784/ ).

Mariposa Callphrys rubi
 Callphrys rubi (Linnaeus, 1758)

Dentro de las mariposas diurnas españolas (y gallegas), uno de los primeros puestos en este ranking críptico lo ocupa sin lugar a dudas la Gonepterix rhamni, cuando decide posarse en árboles de hoja caduca cuando éstas están todavía verdes.

Mariposa Gonepterix rhamni
 Gonepterix rhamni

Otras de las que también podemos disfrutar por nuestra tierra, como la Hipparchia statilinus (Hufnagel, 1766) o la Brintesia circe (Fabricius, 1775), de costumbres menos arborícolas, poseen vestimentas en el reverso de sus alas que les permiten pasar desapercibidas en campos de hierba seca.

Mariposa Hipparchia statilinus
Hipparchia statilinus

Mariposa Brintesia circe
Brintesia circe


Pequeñas cápsulas de cianuro voladoras …

Dejando de lado la cripsis y centrándonos en el mimetismo, debemos diferenciar entre dos conceptos diferentes:

  • Mimetismo batesiano: descrito por vez primera por el británico Henry Walter Bates (1825-1892), donde la estrategia se basa en imitar a un individuo de diferente especie para tratar de ser confundido con éste. El secreto de esta imitación suele estar en el carácter tóxico o venenoso de la especie a imitar (que la hacen desapetecible a los hipotéticos depredadores) y que no presenta el imitador, que es totalmente inofensivo. Mas allá de lo puramente formal o visual, en muchos casos estos patrones de imitación se llegan a extender incluso al comportamiento.
  • Mimetismo müleriano: llamado así en honor a su descubridor, el alemán Johann Friedrich Theodor Müller (1821-1897), quien durante sus investigaciones en Brasil se dio cuenta de que individuos de diferentes especies con depredadores comunes y que acostumbran además a presentar determinadas características que las pueden llegar a hacer peligrosas, mimetizan o comparten determinadas señales visuales de advertencia. Aunque no se puede hablar en esencia de mimetismo en este segundo caso, aquí todas las especies involucradas sirven a la vez de patrón y refuerzan con ello su sistema de defensa.

Un ejemplo cercano de mimetismo mülleriano es el de las diferentes especies de zygaenas, pequeños heteróceros o mariposas nocturnas que podemos ver volar a menudo y a plena luz del día, tanto en Galicia como en el resto del país, por prados, zonas herbáceas, etc., sabedoras de que los patrones aposemánticos negros y rojos que presentan en sus alas harán que más de un depredador se lo piense antes de tratar de ingerirlas … y es que su alto contenido en cianuro no las debe de hacer nada apetecibles …

Mariposa Zygaena trifolii
Zygaena trifolii (Esper, 1783)

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