Este año ha tardado un poco en llegar pero ya está aquí. El
pasado fin de semana, y por fin de manera generalizada, daba comienzo nuestra
tan ansiada temporada de mariposas en toda la península.
En algunos lugares de nuestra geografía, sobre todo en las
zonas mas cercanas a la costa mediterránea, muchos habéis tenido la suerte de
empezar a disfrutar de nuestras amigas de cuatro alas con alguna semana más de
antelación que los que vivimos en el cuadrante noroeste. Aunque es un hecho
habitual, este año ha sido mucho más acusado si acaso, debido por un lado a las incesantes precipitaciones que nos han acompañado a lo
largo de todo el invierno (y principios de la estación primaveral) y por otro a las bajas
temperaturas registradas durante los últimos coletazos del período invernal y
comienzos de la primavera.
Así las cosas, el pasado fin de semana como os contaba, realizamos
nuestra primera visita “oficial” al campo. A nuestras espaldas las mochilas,
cargadas con nuestras inseparables cámaras de fotos, con nuestras guías,
víveres y demás aperos que podamos llegar a necesitar ...
El primer día es especial, estás impaciente y fotografías
todo bicho viviente que se te cruza por el camino … tiempo habrá para ir
discriminando a medida que avance la temporada!
Así, vas sumando fotografías y avistamientos … ansiando que se te cruce por el camino una de
esas que nunca has podido ver o fotografiar … pero como bien es sabido, esto
ocurre siempre cuando menos te lo esperas, o justo en el momento en el que se
te agotan las pilas o la batería de la cámara …
Las horas van pasando hasta que la luz ya no es suficiente y
decides entonces emprender el camino de regreso. Todas ellas viajan contigo, en
la tarjeta de memoria, esperando ansiosas que llegues a casa y les dediques las
atenciones necesarias en esta segunda fase del trabajo: clasificación, edición,
archivo …
Por lo que respecta a mi experiencia particular, los
resultados de esta mi primera salida 2013 han resultado prácticamente los
esperados …
Un macho de Anthocharis cardamines
Por un lado, especies tempraneras de las que anuncian con su
presencia que la nueva temporada acaba de comenzar, esto es, cantidad de jóvenes
ejemplares de Anthocharis cardamines, las siempre elegantes y suaves Zerynthia
rumina y varios imagos de Callophrys rubi …
Ejemplar hembra de Anthocharis cardamines
Zerynthia rumina
Junto a ellas, y recién despertadas de sus sueños invernales,
varios ejemplares de especies hibernates representadas por las bellas Aglais io, las majestuosas Nymphalis antiopa, las fuertes y explendorosas Nymphalis
polychloros, algún que otro ejemplar volado de Polygonia c-album y las siempre muy vistosas Gonepteryx rhamni.
Aglais io
Nymphalis antiopa
Gonepteryx rhamni
Polygonia c-album
Dejando los imagos a un lado, cientos de orugas de doncella
de ondas, las siempre curiosas Euphydryas aurinia, una especie considerada
como vulnerable por la UICN, si bien en nuestras latitudes, y de momento, la
preocupación es todavía menor.
Orugas de Euphydryas aurinia
Cuando las orugas de la foto anterior completen su metamorfosis tendrán este aspecto
... y en el debe … la pequeña Tomares ballus, que tarde o
temprano acabará formando parte de mi modesta colección de fotos…
Y vosotros, ¿qué es lo que habéis visto en vuestra primera
salida?. Deja tu comentario y cuéntanoslo!
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